La cuarentena agudiza los conflictos preexistentes, y los potencia.

fuente:entremujeres.com

 

Nuestros recursos para generar el “cable a tierra”, como la necesidad de hablar de lo que nos pasa, reírnos, hacer ejercicio, y encontrar momentos para nuestra individualidad y para la pareja, se encuentran confinados en un pequeño espacio y se vuelve más complejo poder discernir entre cada rol.

«La cuarentena nos obliga a observar qué nos hacía bien de la rutina que teníamos, y qué acuerdos establecidos eran importantes y ahora no podemos generar por las limitaciones del contexto»

Se hace necesario rever lo establecido, y para eso la comunicación es fundamental. Poder expresar lo que cada uno necesita y lo que nos hacía bien sirve de información para poder reconstruir esos espacios en la casa, con los recursos que tengamos y sabiendo que no será igual. Lo importante es intentar dar lugar al disfrute y no quedarse en algo que no puede establecerse como nos gustaría o como consideramos que sería la mejor opción.

La flexibilidad es importante, porque si nos quedamos en la queja y pretendemos que la otra persona entienda lo que necesitamos, sin lograr ser empáticos ni comunicativos, la pareja se estanca dando lugar al desánimo, desasosiego, frustración y desgaste que se va retroalimentando sin darnos cuenta.

¿Por qué se estanca una relación? «Tenemos que actualizar el vínculo y dinamizarlo para que fluya y se adapte a lo que cada uno necesita ahora. A pesar de tener la ilusión romántica de que alcanza con haberse elegido alguna vez, cuando el enamoramiento del comienzo se esfuma necesitaremos hacer un service del vínculo cada tanto y ver cuáles son las reparaciones posibles para que siga funcionando».

Todas las parejas tienen situaciones de estancamiento y es importante poder reconocerlo para observar si hay posibilidades de seguir avanzando y construyendo.

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