Como tantas parejas de todo el mundo una mujer y su novio deciden comprar una casa en las afueras. Claro que a diferencia de tantas parejas el costo no es un problema para ellos porque son millonarios. Las ofertas de mansiones son varias y los agentes inmobiliarios se muestran solícitos y amables, un poco por oficio y otro poco porque saben que la comisión que logren por la venta será excelente. Profesionales y discretos, si alguno miró de reojo a la mujer seguramente lo disimuló. Es que resultaba imposible no observar a esa mujer imponente que alguna estuvo entre las modelos mejor pagas del planeta y fue considerada uno de los seres más bellos del mundo: Claudia Schiffer.

La modelo alemana, protagonista de mil portadas de revistas y que hizo de su imagen una marca registrada junto a su entonces novio, el director de cine Matthew Vaughn buscaban una casa para comprar. Cuando vieron esa mansión estilo Tudor en las afueras de Londres y rodeada por un parque de 800 metros no lo dudaron. Era el lugar que soñaban, luego de varias conversaciones y un pago de cinco millones de dólares la casa fue suya… y sus misterios también.

La mansión se veía maravillosa. Construida en 1574 se conservaba de manera impecable. Los propietarios les narran que la reina Isabel I fue una de sus huéspedes y que el lugar sirvió de refugio a los sacerdotes católicos perseguidos por Enrique VIII. Sus jardines inmensos resultan el marco ideal para la boda entre el director y la modelo. La vivienda cuenta con 14 dormitorios, suficientes no solo para que duerma el matrimonio también los tres hijos que van llegando, Caspar, Clementine y Cosima y sus numerosos invitados.

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